jueves, 19 de julio de 2018

Préstame tu sueño

Manual para canallas - Préstame tu sueño

Somos como esas aves que caen en las banquetas, debido a la maldita contaminación o porque todavía no inventan un anticongelante para el alma...


Siempre he sido un domador inútil y también el león domesticado. Soy un idiota recurrente, un libro sin prólogo ni final. Y estoy harto de los tipos que he sido. He despilfarrado el sentido común, he malgastado la cordura. Mi bipolaridad ha embargado mi sofá y ronca todo el tiempo. Cada vez me parezco menos al tipo que quiero ser y me convierto en lo peor de mí mismo. Hace tiempo una chica me dijo con desenfado “te pareces al Dr. House”. La miré igual que haría el detective malo en una novela de James Ellroy. “Bueno, pero, umm, no físicamente”, se le atoraron las palabras, “quiero decir, mm, que tu forma de ser es muy parecida”. Supongo que se refería a esa jalada de “brutalmente honesto”, así que traté de ser condescendiente. Sonreí como el detective bueno. “No sé si sea un cumplido o una observación, pero odio las comparaciones”, le expliqué. “Lo que te puedo decir es que el Dr. House es embajador de la paz a mi lado”, traté de que entendiera. Claro, soy sarcástico e idiota, todo junto si quieren, menos un tipo simpático.