Esa alerta sísmica puede ser la última que nos ponga los nervios de punta. Y si cualquiera de nosotros quedara bajo los escombros, seguro que irán a sacarnos...
Esa alerta sísmica puede ser la última que nos ponga los nervios de punta. Esa ambulancia tal vez no llegue a tiempo. Ya no quiero dormir a medias, con las pestañas atentas. Quiero dormir profundamente y soñar con mi infancia y reír como loco persiguiendo un pequeño remolino de viento. Quiero dormir a pierna suelta y olvidarme del miedo a no despertar jamás. Pero si quedo bajo los escombros, quiero que sepan que amé la vida sin etiquetas. Quiero que sepan, si me sacan entero o incompleto, que amé cada parte de mi cuerpo: mis dedos largos, la nariz imperfecta y mi cabello medio crespo. No, aquí miento, en realidad siempre odié mis ojos tristes y el ceño fruncido. Pero esas son nimiedades a estas alturas.